para ganar...
Hay almas que han nacido
para perder...
Hay almas que ni siquiera
son almas...
sólo tristes sombras errantes
en un valle de espejos
que reflejan su lacerada imagen
su vacío abominable
su insoportable angustia de vivir
almas en un mundo sin alma
amor en un mundo sin amor
lágrimas en un mundo desierto
lágrimas por un desierto yermo
un vetusto bajel llamado corazón,
gobernado por el inmaterial capitán
de los espectros...
en cuyo interior se fraguan ilusiones
y nace y vive... y muere cada sueño.
Huelva, Abril de 1992
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